A pesar de que la palabra proviene del griego κοιμητήριον (koimētērion) y significa cámara para dormir, un cementerio es un lugar donde se depositan los restos mortales de los difuntos. Visitarlos puede parcer macabro pero no es así en absoluto. Cuando atravesamos la verja del recinto, penetramos, no sólo en un lugar en que se respira una tranquilidad dificil de encontrar en los tiempos que corren, sino que también penetramos en la intimidad del pueblo, de sus familias, de sus guerras, de sus epidemias, en sus grandes historias de amor y desamor, en la vida, aunque parezca contradictorio.
A través de los viajes hemos podido ver como en cada lugar cuidan a sus muertos de diferentes maneras: cruces, estelas funerarias, flores, fotos, isncripciones... conforman un conjunto de pequeñas singularidades que intentaremos mostrar aquí.